Hay un momento fantástico en el día cuando, entre la calma, piensas en tu día, en el día siguiente… Te pones dentro de la cama y todo desaparece. Solo existe la luna, ella y tú. Entre sábanas, abrazados uno con la otra, un momento muy dulce e íntimo. Este momento es el que hemos querido captar con el anillo de Mariona: un trocito de sus sábanas lo hemos convertido en oro en la parte más íntima del anillo, en el interior, y así lo abraza todo el día.